Escuchando esta tarde una charla de un maestro Zen me ha surgido esta reflexión.

El maestro Rene Latosa siempre decía que lo importante en el sistema Latosa era que “El todo era más importante que cada una de sus partes”. O sea, que la potencia, la velocidad, el timing, el equilibrio y el enfoque no eran importantes por si solos, sino que debían formar un todo.

¿Pero no es cierto que cualquier parte tiene en si misma el soporte de lo infinito?

Por ejemplo tomemos cualquier número como ejemplo.

Cualquier número es parte de un conjunto de números que lleva al infinito. Entonces la pregunta es:

-¿ Una parte puede adoptar la infinitud en ella misma.? Es decir, ¿una parte tiene en si el soporte de lo infinito?

– ¿Una fracción como un número tiene en esencia aquello que tienen todos los restantes?

Si fraccionamos cualquier número en partes podemos decir que es fracción de los demás números. Entonces nos damos cuenta de que un número, una fracción, por suma o resta se convierte en infinitud

Si esa misma reflexión la llevamos a cualquier aspecto de nuestra vida, ¿un objeto puede ser un objeto más algo más que el? ¿puede un objeto compartir su naturaleza de partes y a su vez su naturaleza de infinitud?

¿es posible simultáneamente conocer un evento siendo una parte y a la vez siendo todo?

Finalmente es realmente más importante el todo? O podemos decir que ¿el todo es igual de infinito que cada parte de la que está compuesta?. En definitiva no hay partes más o menos importantes sino que todas están compuestas por ese mismo todo.

Por supuesto no quiero quitar razón a lo expuesto por el Maestro Rene Latosa, sino que hasta ahora no lo había entendido en toda su magnitud.

Dejo esta reflexión para que cada uno saque sus propias conclusiones y las pueda aplicar en su entrenamiento diario.

Gracias.