Son tiempos duros para todos aquellos que amamos las artes marciales. Observamos como cada día cierra algún gimnasio de toda la vida. Como amigos y conocidos que se han dejado la vida y el alma en cumplir con ese sueño que tenían desde que comenzaron a practicar artes marciales han tenido que abandonar ese sueño y echar el cierre.
Todos somos personas que hemos abierto las puertas de nuestra casa, que hemos dejado lo mas valioso del ser humano, el tiempo, y que hemos dado todo nuestro amor con el sueño de poder transmitir lo que habíamos aprendido con sangre, sudor y lagrimas a quien quisiera aprenderlo. Todos aquellos que veíamos las artes marciales no como un modelo de negocio sino como una forma de transmitir un tesoro, una parte de la historia, una tradición, una herencia cultural y sobre todo transmitir unos valores como la honestidad, la pasión, el respeto, la amistad y hacerse sentir a los alumnos como parte de una familia unida.
No sería justo echarle la culpa a un virus, pues el virus real somos nosotros y el COVID no es más que un acelerador que ha llegado para mostrarnos algo que ya se venia viendo hace tiempo en la sociedad, la perdida de valores como la amistad, la honestidad y la palabra.
Tampoco sería justo echarles la culpa a las personas en particular sino a una sociedad en general la cual ha alejado a los que están mas cerca y ha acercado a los que están más lejos.
El virus ha venido para enseñarnos una lección positiva, tanto física, como espiritual. Física porque no somos nada, no somos nadie y un bichito tan insignificante nos lo ha venido a recordar. Y espiritual porque en estos momentos es cuando te das cuentas de quien esta a tu lado, de quien se preocupa por ti y de cuáles son las cosas mas importantes de la vida.
Durante todos estos años se ha ido viendo como las relaciones personales se han ido deteriorando y cada vez se le ha ido dando menos valor a lo más valioso que hay en la vida, el tiempo. Perdemos el tiempo con las redes sociales, enviando y contestando mensajes que no van a producir ningún valor a tu vida, viendo tv, series y en general malgastando un tiempo que se va para no volver.
Hace ya muchos años un profesor me dijo “el tiempo es oro y quien no lo aprovecha es bobo” y durante todos estos años he intentado aprovechar todo el tiempo del que disponía para dar todo mi amor, mi pasión y mi tiempo a todos aquellos que lo necesitaban. Todo ello lo aprendí de todos aquellos maestros que he tenido que han dedicado su vida, aun a cambio de dejar “abandonada” a su familia a transmitir lo que mas le llenaba, su pasión por las artes marciales.
Todos aquellos profesores ahora hemos tenido que abandonar ese sueño, pero lo mas duro ha sido ver como hemos sido también abandonados por muchas personas por a las que habías abierto las puertas de tu casa, de tu vida, de tu corazón y les habías dedicado el tiempo que a veces no tenías y que les “robabas” a tus familiares o amigos.
Siempre he considerado que he sido fiel a mis valores, mis principios y esa honestidad es la que me hace ir con la cabeza bien alta y considerar que soy una persona autentica para lo bueno y para lo malo, nunca me ha costado pedir perdón, ni decir te quiero, reconocer que estaba equivocado y rectificar si era necesario.
Estoy convencido que lo positivo de todo esto que está pasando es que va a limpiar de impurezas nuestras vidas y que va a hacernos aún más fuertes y mejores personas.
Pero para ello es necesario que las personas sean honestas, no olviden de donde vienen y hacia donde van y sobre todo respeten a todos aquellos que han abierto las puertas de su casa, su vida y su corazón con el esfuerzo por cumplir un sueño.
Si tan solo he contribuido un poco no a formar buenos luchadores, ni buenos practicantes de Ving Tsun, sino tan solo una buena persona, habrá merecido la pena.
Gracias.

Querido maestro y amigo, pues así te considero, estoy deacuerdo contigo en un 90%.De lo que escribes, sobre todo con la fragilidad y aparente firmeza de algunas relaciones que al mínimo conato de dificultad se convierten en polvo, humo, nada. ¡Así es la vida! Tu eres un gran lector de sabios de distinta tipologia y buscas tu perfección, a la vez que intentas transmitirlo en tus enseñanzas y comentarios. Desde esa luz que nos da lo negativo o malo, aquello que nos haya defraudado en cierto modo, que es de donde más aprendemos de la vida y de lo espiritual, creo que debemos aprender a prescindir de lo que creemos que los demás deben hacer por lo que hayamos hecho por ellos. Este camino es muy personal y como decía el poeta «vive para ti solo si pudieres que solo para ti si mueres mueres». Entiéndase desde lo espiritual, no desde que lo egocentrico.
Todo lo hecho queda en el haber y no en el debe, esa deuda quedará en otras manos.
Un saludo
ÓSCAR