Si hay algo en la naturaleza que puede ser utilizado como ejemplo de cómo debe ser el Ving Tsun, es sin duda alguna el bambu. El bambu cumple todas aquellas propiedades que debemos trabajar en nuestra práctica diaria. El bambu es fuerte pero a la vez flexible, es yao y es Gong, es Ying y es Yang.
El Bambu tiene una de las estructuras más fuertes y sólidas de la naturaleza. Está es la primera y quizás el más importante principio del Ving Tsun, Estructura y relajación. De hecho el bambu es muy flexible, rara vez se ve un tronco de bambu quebrado a causa del viento, fluye y se adapta a el, aunque sea un huracán. Algo muy curioso del bambu es que en sus primeros siete años tan solo crece hacia abajo, se asientan bien en la tierra, de ahí que la primera forma del Ving Tsun, la Siu Nin Tao sea una forma estática, sin movimiento de las piernas, para que estas se asienten, se enraícen en el suelo y luego podamos crecer más rápidamente, como el bambu que luego puede crecer a un ritmo de 30 metros al año.
El bambu puede llegar a doblarse tanto que toque el suelo debido a las nieves del invierno, pero una vez que estas pasan se vuelve a levantar de nuevo como si nunca hubiera pasado nada. Es el mismo principio de la tercera forma de Ving Tsun, la biu Jee, donde un concepto como Pai ying o recuperar la estructura está presente durante toda la forma.
El bambu nunca deja de crecer. Asi debe de ser nuestro entrenamiento, nuestra forma de practicar Ving Tsun, nunca somos los suficientemente buenos, siempre tenemos algo que aprender.
El bambu es simple, pero en su sencillez radica su grandeza, se utiliza para hacer utensilios, casas, edificios, andamios de rascacielos.
Siguiendo la máxima del Ving Tsun “menos es mas” y eficiencia la utilización y las cualidades del bambu no tienen límite.
Como siempre la naturaleza nos vuelve a dar una lección y nos indica una vez más el camino a seguir.
Gracias.