«Abandonar el Ving Tsun»

“Cuando comencé a subir la montaña, la montaña era la montaña y los arboles eran los arboles, más tarde la montaña dejo de ser la montaña y los arboles ya no eran los arboles y cuando baje, la montaña volvío a ser la montaña y los arboles volvieron a ser los arboles”

Con este poema Zen quiero compartir con todos lo que ha sido mi camino en el Ving Tsun durante estos últimos años.

Siempre comento con mis allegados que cuando comencé a practicar Ving Tsun me sentía “el amo del mundo” , ya tenía varios años de practica en otras artes marciales y era la “solución” a mis problemas, mis dudas, mis temores, en definitiva era lo que había estado buscando siempre. Me encantaba quedar con mis antiguos compañeros para hacer sparring, cualquier persona que decía que practicaba artes marciales o deportes de contacto era “retada” por mi. En esos tiempos y como decía Bruce Lee “una patada era una patada y un puñetazo era un puñetazo”. A medida que iba avanzando en el sistema, este me iba limitando y tenía que ceñirme a unos programas que lo único que hacían eran limitarme a la hora de hacer sparring y notar como “mi efectividad” había disminuido considerablemente cuando hacía sparring, ahora “una patada ya no era una patada, y un puñetazo tampoco”. La búsqueda de la manera correcta de ejecutarlos según los conceptos del Ving Tsun habían eliminado el componente personal y ahora eran una amalgama de pensamientos acerca de que hacer, que no hacer, etc.

En mi segunda etapa era tal la cantidad de programas y ejercicios (y nunca dejaban de crecer) que todo el tiempo de entrenamiento era para repasarlos una y otra vez. Eso unido a mi comienzo de etapa de profesor en la que no podía expresarme como sentía sino como tenía que mostrar a los alumnos me limitaba mucho a la hora de entrenar. Lo mejor de esos tiempos era que dedicaba mucho tiempo a entrenar con mis alumnos más antiguos y ahi si que podía deshogarme.

Mi tercera etapa y última está caracterizada por haber sido la etapa en la que conocí al mejor maestro, el mejor sistema y encontré lo que siempre había querido conocer del Ving Tsun. Esta etapa estaba caracterizada por ser una etapa de perfección técnica, donde la forma y el fondo eran lo más importante para poder comprender el Ving Tsun. Tambien tuve la “suerte” de poder dedicarme en cuerpo y alma a este bello sistema entrenando mas horas de las que nunca hubiera imaginado. Entre clases de grupo, clases privadas, seminarios y entrenamiento personal, llegue a una comprensión del sistema, a descubrir aspectos de el y a profundizar como nunca había soñado.

Todo ello unido a un interés por la cultura y la filosofía oriental provocaron que me diese cuenta que aún no veía la patada y el puño tal y como son, sino como yo interpreto, como están en mi mente, como se debían hacer. Seguía pendiente de estar siempre observado y mostrar no como soy sino como quiero que lo vean los alumnos para que no imiten. Como decía el Maestro Rene Latosa “mis maestros están muertos, no intentes hacer lo que yo”. No puedo, ni debo enseñar todo lo que yo he aprendido pues estaría toda la vida para ello y es justo lo contrario de lo que quiero. Me gustaría poder “mostrar el camino” a mis alumnos y poder contribuir con mi experiencia a simplificar los pasos que deban dar para llegar al mismo destino.

El maestro Chan Chee Man es un claro ejemplo de lo que digo ya que al no haber dado clase nunca sino haberse dedicado a entrenar con sus compañeros de toda la vida, siempre te dice «haz lo que digo, pero no lo que hago». De hecho la primera vez que le vi tuve que preguntarle si era correcto lo que hacía ya que bajo mi punto de vista estaba cometiendo muchos errores, y me vino a decir entre líneas que los arboles no me dejaban ver el bosque. Hasta hace poco no entendí lo que quería decirme y ahora creo comprenderlo.

Gracias a estas etapas estoy donde estoy, sino hubiese sido por ellas no hubiera llegado hasta donde me encuentro hoy en día y es por ello que doy gracias a todas aquellas personas que han contribuido a traerme hasta aquí.

En cuanto al título del artículo es una manera de decir que ya no me siento esclavo del sistema, sino que me siento libre para decir que “una patada es una patada y un puñetazo es un puñetazo”. por supuesto seguiré haciendo lo que mas me gusta, enseñar y practicar toda la vida.

Busca tu camino y como decía el Maestro Yip Man “Tan solo soy tu maestro. Tengo la responsabilidad de enseñarte. Pero no eres mi bebe. Si sigo respondiendo a todas tus preguntas, siempre dependeras de mi”.

Gracias a todos pero en especial a aquellos que me han acompañado en este largo camino casi desde que comencé.

montaña

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