Érase una vez un galgo que quería ser Pitbull y entrenaba todos los días para ello. Se levantaba temprano para hacer musculación, pero por más que lo intentaba no llegaba a tener los músculos tan desarrollados como un pitbull. Trabajaba mordiendo aparatos de goma dura para mejorar su mordida, pero por mucho que mordia la boca seguía siendo pequeña y la mandíbula no se agrandaba. Hacia ejercicios con el cuello pero seguía con el cuello muy delgado. Por más que lo intentaba no lograba parecerse a un pitbull, y asi fue, que un día se peleó con el matón del barrio y cuando estaba perdiendo la pelea, intento echar a correr y este le cogió fácilmente y le dio una paliza, pues había perdido velocidad. Eso mismo le paso a un pitbull que quería correr en el canódromo de la ciudad y enfrentarse a los mejores galgos de la ciudad, por mucho que entreno, que corrió día tras día y que consiguió mejorar sus marcas notablemente, nunca pudo ganar una carrera y siempre llegaba el último pues cuanto más delgado se hacía menos fuerzas tenia.
Hace tiempo leí una frase de Dan Inosanto que decía así “no intentes convertir a un galgo en un San Bernardo ni viceversa, cada uno de ellos ha nacido con una naturaleza y lo que hay que hacer es pulir sus defectos y aumentar sus virtudes». Muchas veces intentamos parecernos a alguien, copiar lo que hace porque le sale bien, y no nos damos cuenta que a esa persona le funciona porque va con su naturaleza, con sus actitudes, con sus capacidades, con su morfología. Como decía el querido y difunto Maestro Rene Latosa “no intentes copiar a nadie pues serás una fotocopia, y una fotocopia siempre tendrá menos calidad que el original”. Esta frase define perfectamente cuál sería el camino que debería tomar cualquier persona en su práctica de las artes marciales y en la vida, ser uno mismo, no intentar parecerse a nadie, intentar mejorar lo que ya tiene.
¿Esto quiere decir que debemos conformarnos?, por supuesto que NO. Debemos intentar mejorar cada día, debemos encontrar la motivación (Motivo+ acción) para seguir adelante, para no rendirnos nunca.
Hace poco vi un documental de Eliud Kitchoge plusmarquista mundial de Maratón y el único ser humano entre mas de 7000 millones que ha sido capaz de bajar de dos horas en un maratón. Y lo que le hacía superior a los demás según las personas que le conocían no era solo su físico, sino su mentalidad. Su umbral del dolor era superior a cualquier persona y mientras que otros se rendían cuando ya no podían más el sacaba siempre una sonrisa y continuaba hacia delante y eso es lo que le hacia tan grande, continuar donde los demás abandonan.
En todos estos años me he cruzado con muchas personas con actitudes excepcionales, con físicos impresionantes, con facilidad para hacer las cosas y normalmente ese tipo de personas abandonaban pronto y no se esforzaban mucho. Como bien dice el refran «lo que poco cuesta, poco se aprecia» ya que no solemos valorar lo que se consigue sin esfuerzo. Los que hemos tenido que viajar para aprender, invertir grandes sumas de dinero, mucho esfuerzo, tiempo con la familia, con los amigos, trabajo, etc. para unos somos unos locos, para otros unos románticos, unos apasionados. Pero que se puede hacer sin pasión que merezca la pena, sin amor, sin ambición?.
Actualmente estoy dedicado en cuerpo y alma al Ving Tsun y al BJJ y lo que me hace continuar es la pasión, la ilusión y la sonrisa que veo en mi cara cuando entreno, cuando transmito y veo con orgullo que soy capaz de contagiar a otras personas para que continúen con este legado. Solo por eso merece la pena continuar.
Yo nunca he sido un pitbull, ni tampoco un galgo, pero sí he aguantado durante más de 30 años siguiendo una máxima que siempre recomiendo, Trabajo, esfuerzo y sacrificio.
Feliz año 2023y mucha salud para entrenar
